Los reglamentos orgánicos proporcionan una estructura clara para la producción de productos orgánicos y ayudan a comunicar el compromiso de los productores a los consumidores. Estas reglamentaciones dictan normas de producción para la certificación orgánica y se rigen a diferentes niveles: la Unión Europea y el nivel nacional. Los agricultores, elaboradores y comerciantes de productos orgánicos deben estar registrados y certificados por un organismo de control. Estos organismos de control pueden ser públicos o privados y verifican el cumplimiento de las normas orgánicas.

El período de conversión orgánica varía de 1 a 3 años, dependiendo del producto orgánico. Durante este tiempo, los rendimientos disminuyen, pero los productores aún no captan el precio premium de sus productos. Una vez que el período de conversión ha pasado las granjas orgánicas, las empresas de elaboración y comercialización están sujetas a inspecciones al azar, al menos una vez al año. Por lo tanto, la transición a la producción y la certificación orgánicas requiere una planificación, un registro y un compromiso cuidadosos.

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