Los cultivos de cobertura o de captura no se cultivan como cultivos comerciales, sino que se utilizan para mantener y preparar el suelo para cultivos "comerciales" posteriores. Se ha demostrado que los cultivos de cobertura reducen la lixiviación de los nutrientes, permitiendo una transferencia al siguiente cultivo, reducen la presión de las malas hierbas, controlan las plagas y enfermedades, aumentan la disponibilidad de agua, mejoran la estructura y la salud del suelo, promueven la agrobiodiversidad y aumentan el rendimiento de los cultivos posteriores. Deberían integrarse en las rotaciones de cultivos de los productores orgánicos. Pueden utilizarse numerosas especies y deben elegirse de acuerdo con las necesidades del sistema. Si bien todos los cultivos de cobertura proporcionan beneficios, muchas especies se orientan a objetivos específicos, por ejemplo, el aumento de la materia orgánica del suelo o la fijación del nitrógeno.

En esta página, descubre las herramientas que explican cómo elegir, gestionar e integrar los cultivos de cobertura en la rotación de cultivos.